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domingo, 19 de julio de 2015

Apunte de libreta....

Con la mirada perdida en el horizonte él está perdido, no hay mapa o brújula que sirva pues es en su mente donde divaga sin cesar. Está perdido en su ensoñación y es arrastrado entre recuerdos azules y negros lapsos de olvido.

Unas oscuras nubes de tormenta se acercan desde los cerros al oeste de su ciudad natal trayendo consigo las primeras lloviznas de mayo, pero desde el balcón del doceavo piso donde se aloja sus sentidos adormecidos no notan el cambio de temperatura o el ajetreo tórrido de las calles aledañas. Sus recuerdos son ajenos al ruido porque tienen sonidos propios que lo absorben todo, gritos y llanto reinan en su mente mientras de forma caótica los momentos más íntimos despiertan y pasan por sus ojos mostrándole el final.

¿Cuántas muertes habían tenido que ver sus ojos? ... Las suficientes para que su corazón se sintiera anquilosado, como si en su desesperación se hubiese cansado de latir con premura y decidiera rendirse y cada vez con mayor lentitud dejar de latir. Un retiro pacífico le habían recetado y de momento había servido para que destrozara algunos de sus libros favoritos, para que el hotel perdiese a todos los clientes alojados en el piso número 12 y para que su garganta resentida dejara de pronunciar palabras tras días de gritos continuos y alaridos de pena.

La muerte había sido un aliado en su vida temprana, gracias a ella tuvo libertad y nuevas oportunidades en un país ajeno al suyo, en culturas donde la muerte no era respetada como una artifice del ciclo en este mundo sino menospreciada t rebajada a un papel mediador en la economía, la muerte ya no tenía siquiera un estatus como diosa, deidad o fenómeno, en lugares donde la vida no vale anda la muerte es tan común que nadie piensa en ella.

La muerte una vez mas lo había sacado de aquel lugar, la muerte parecía respetarlo como a un amigo (o eso creía él en su agitada mente cuando la ayuda humanitaria llego a rescatarlo ... quizá lo más "humanitario" habría sido acabar con él en ese momento, pero en su lugar acabaron con los demás a su alrededor ... un único sobreviviente en un mar escarlata)..

Ahora su vida no valía mucho, tenía mucho que contar ... muchas cosas por decir, pero su adorada aliada ahora era su mayor pesadilla. La muerte ajena le atormentaba en sueños de tal manera que llevaba ya días sin descansar. Las moradas ojeras sobre su pálido rostro, su cuerpo esquelético gritaba al mundo por él porque ya su voz no respondía.

La muerte esperaba el momento justo, nadie es más justo que ella ... Pero el no podía esperar tanto.
La muerte tardaba porque confiaba en que aquel humano encontrara una salida... Pero el sólo veía una y le esquivaba siempre que pensaba en ella.

 Con la mirada perdida él esta observando el crepúsculo en una ciudad que ya no siente suya, en un cuarto de hotel frío y sin vida. Esta perdido en sueños de muerte esperando la piedad de su amiga.... Su fin.

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