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martes, 20 de marzo de 2012

Sin miedo a hablar

La siguiente entrada e una respuesta a un trabajo de mi ...formacion como docente....y esta dedicado a Yolanda Mojica ....porq se le kiere =3

La mañana estaba lluviosa, mi colegio, un gran complejo de casas antiguas que se reformaban año tras año para dar lugar a sus miles de estudiantes, aun no habría sus puertas y en el pequeño parque colindante se atiborraba de niños y padres despidiéndose con afecto. 

Yo… yo estoy solo, mi madre esta ocupada trabajando “para sostener nuestro hogar” y nunca conocí a mi padre, observo como los niños se liberan de ese abrazo fraternal casi con asco y corren a hablar de series de Tv con sus amigos. … Yo estoy solo, no me interesan los demás niños, son simplones y aburridos desde donde se les mire…. Y si que los he mirado, día a día dibujo lo que me rodea y me decepcionó mas y mas, porque nada es como debería ser… sin embargo no hay un día en el cual deje mi agenda…solo dibujo. 
La campana a sonado y las grandes rejas metálicas nos dan acceso a nuestro colegio, todos intentan demorar la entrada, y sin embargo yo corro hasta quedar sin aire para ser el primero en entrar al salón. El aula no es grande, ni lujosa, por la ventana puedo observar el jardín de amapolas que don Gerardo cuida con tanto cariño y que me permite “asaltar” una vez al mes para hacer feliz a mi madre. 

Y es que… ella se preocupa demasiado por mi, sobretodo por mi peculiar miedo. 
Tengo miedo! Si, por supuesto que lo tengo, ¿Cómo no temerle a toda la gente que entra a destrozar la paz y la calma de mi amado salón? …. ¿Cómo no enmudecer frente a su vulgar vocabulario y sus rudos modales?  
Tengo miedo! Tengo miedo de hablar y no ser escuchado. De que mi voz se pierda en sus gritos 
Tengo miedo! Tengo miedo de ser quien soy… de que no me acepten. 

Alguien mas entra al salón seguido por la coordinadora Doña Marina. Ella es una gran persona que sonríe con los ojos y con el alma, su voz es tranquilizadora y conduce a mis ruidosos compañeros a prestar atención sin siquiera levantar la voz. Su autoridad esta en su bondad, y en como parece entender nuestros problemas. 
Quien le sigue es el rector, tras un aviso protocolario y algunas palabras sin sentido anuncia el despido de nuestra maestra.  

No se que pensar al respecto. Olga, mi maestra, nunca pareció prestarme atención… supongo que es difícil notar al pequeño niño que no habla nunca, al del rincón. Mis notas nunca han sido malas así que no se preocupa por mi mas de lo estrictamente necesario. 
Sin embargo tengo que agradecerle el dejarme ser. A veces la indiferencia es el mejor consuelo que puedas obtener… es mejor en todo caso que las burlas. 
Doña Marina ha dicho algo, ella pasara el día con nosotros! Mi corazón late rápidamente como nunca antes, no se que me impulsa a saltar y gritar un Yupi!! 

De repente todo es silencio, las 21 miradas (somos 19 estudiantes en segundo B) caen sobre mi y yo no se que hacer.  

El chico invisible ha hablado, y además parece feliz … la sorpresa en sus rostros rápidamente enciende mi cara, tomo mi agenda y rápidamente escapo a las miradas… necesito un refugio y lo necesito rápidamente. Lagrimas caen y dañan el ultimo dibujo que hice. 
En mi dibujo esta Olga, sonriendo y disfrutando de los cuentos que escribimos la sesión anterior, Recuerdo que todos leyeron su cuento al finalizarlo y yo con una tímida sonrisa le entregue mi agenda con los dibujos que narraban mi cuento. Los observo un momento y salió de clase. 
 
El tiempo parece decidido a no correr, así que decido hablar con Doña Marina para evitarle problemas a mi madrecita linda. La encuentro tomando un café y me siento a la mesa con una expresión decidida para iniciar una conversación… la primera dentro del colegio desde que tengo memoria. 


-    Doña Marina … perdóneme 
-    ¿Así que tu eres Fer? – Me dice sonriendo 
Tienes una linda voz, que pareces decidido a ocultar al mundo 
-    No es eso … - siento como la sangre inunda mis mejillas y el calor sube a mi cabeza 
-    Tranquilízate mi niño… tu profesora me hablo ayer de ti, y de tu gran talento.        Ahora ella vivirá en la gran ciudad y me pidió una única cosa antes de irse. ¿Quieres   saber cual es? 

Un gran “No” se forma en mi mente, no se porque querría…  y sin embargo asiento suavemente 

-    Olga me dejo encargada de ti, me pidió que te sacara de tu encierro, así que vamos a hablar y pintar toda la tarde, ¿Te parece? 


¿Que si me parece¡? Es como un sueño, por fin los colores de mis dibujos reflejan la realidad, y la sonrisa que aparece en la hoja es un reflejo de la que se dibuja en mi rostro 

…. 

Ese día entendí que no debo dejar de ser yo mismo, y que siempre habrán personas dispuestas a ayudarte, ese día el colegio dejo de parecer siniestro y paso a ser mi lugar favorito.Desde ese día mi madre sonríe mas a menudo y tengo amigos que se interesan por lo que hago. 
Ese día volví a nacer…. Y todo gracias a mi maestra.