Yo no lo buscaba, eso está claro. De hecho nadie lo busca
nunca, mi abuela en su inmensa sabiduría se lo comunicaba a todo el que
quisiera oír:”El amor no llega donde lo buscan o lo llaman, sino donde lo desairan
y lo ignoran”… ¿o era el sueño? … nunca escuchaba a mi abuela, y no importa si
era el sueño, el amor o la pereza…
Lo importante es que yo no lo buscaba, ¿cómo podría yo
buscar que me rompan el corazón?, no es que me lo hayan roto… es que sé que
pasará. Siempre es así, entregas todo y no lo vale al final… No es que no crea
en el amor… es que estoy consciente de que es efímero, que no dura; por eso lo
buscamos creo yo.
Y aquí estoy, aguantando frío en un parque, caminando para
evitar que mis músculos dejen de funcionar, pero no tan lejos como para que no
pueda verme si llega. Aquí estoy, enamorado y patético, con celular en mano sin
querer marcar su número, con el corazón acelerado y la mente embotada.
¿Cuántas veces me
dije a mi mismo que no viniera? … perdí la cuenta, ni la razón ni la emoción me
apoyaban, y sin embargo algo me trajo acá.
¿Me arrepiento? … De muchas cosas, me arrepiento por no traer
algo más abrigado, por llegar tan temprano y con tanta expectativa, por comer
esa manzana que ahora hace estragos en mí estomago con tanta vaina en mi cabeza…
pero no de estar donde estoy.
No me arrepiento, no pienso, solo recorro el camino.
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