Seguiremos…
esa fue la consigna inicial de este 2014, y vaya si seguimos… seguimos cayendo
bajo y bajo a ver si en algún momento tocamos fondo, porque al menos a nivel
literario, artístico, académico y esas “cosas que importan” el 2014 fue de los
años más improductivos e insatisfactorios de todos. Aún cuando ha sido el año
con más entradas en mi blog (la mayoría de ellas escritas con anterioridad) no
hubo en realidad una musa inspiradora que me sacara de aquel hoyo.
Seguimos,
avanzamos, superamos cosas, dejamos a muchos atrás,… tal vez porque lo
merecían. Seguimos e hicimos de este año que termina un punto intermedio una
verdadera montaña rusa de emociones que lejos de hacerme sentir vivo se volvió
rutinaria y hasta molesta…. Seguimos, y casi lo logramos sin bajas en el
camino:
Para
el David que se enorgullecía de ser un excelente amigo fue el peor de todos los
años, un David menos para el 2015
El
Dave alejado de la realidad y ensoñador ahora piensa en el futuro y se
preocupa, (esperemos solo esté herido y no muera)
El
señor Black gracioso y lleno de despreocupadas bromas astutas se perdió en el
internet y se hizo adicto a los youtubers con su humor banal e inofensivo
Julián
reapareció en el rollo familiar y ahora toma aguardiente con falsas sonrisas en
las reuniones familiares.
Todo
esto para decir que como se esperaba el 2014 fue un año de cambios como
cualquier otro, fue un año para recordar cómo las cosas y personas son
importantes pero no tanto para influir en la vida, un año para desear cosas y
proponerse metas.
El
2015 llega lentamente mientras estoy lejos del mundo… de mi mundo. Y es una
extraña manera que tiene el universo para recordarme que debo volver a él, que
sobrevivir no es suficiente en realidad.
Vaya
nota de fin de año… aún cuándo no salió tan mal como esperaba sigue pareciendo
una afronta a la literatura y al español. Feliz 2015 para todos… pero
sobre todo para mí.